sábado, 3 de diciembre de 2016

Como el título de la película, una serie de eventos desafortunados culminó este viernes en el colapso total de los puntos de venta a nivel nacional. Pero, a diferencia de lo que pregonan los voceros oficiales, la responsabilidad no comienza con un ataque cibernético.
Amediodía de este viernes, Venezuela estaba paralizada. Fue más efectivo que una convocatoria política. Los puntos de venta del consocio Credicard, el más grande operador del país en materia de operaciones POS, dejaron de responder progresivamente en panaderías, farmacias y restaurantes. Horas después, el Sebin estaba en su centro de operaciones, en Chacaito, y el presidente Nicolás Maduro aseguraba, por televisión, que se trataba de un “sabotaje electrónico”.
Pero la historia no comienza allí. Desde hace semanas, el incremento de los precios en los bienes y servicios ha generado un alza en la demanda de efectivo ocasionando una crisis de billetes en el país. Para la compra más sencilla (pan, jamón, queso y refresco), se necesitan al menos 50 billetes de la más alta denominación existente (Bs 100).
El viernes este fenómeno -uno de los vértices del problema- confluyó con los otros dos: la disponibilidad de dinero por parte de la población, por ser viernes de quincena y diciembre; y las fallas en las plataformas electrónicas de Credicard y Cantv. ¿El resultado? Colapso.
¿Cuándo fue la ultima vez que realizó una compra en efectivo?“, comenta un gerente de IT (tecnología de la infomación) ligado al sector bancario nacional que prefirió no ser identificado. Lo más trivial comenzó a pasarse con tarjeta: una chupeta, los cigarrillos de la tarde, el cachito o un agua embotellada. “Es como si intentaras meter veinte personas en un coupé. Los puedes meter, pero eventualmente se va a quebrar. El sistema de POS no está hecho para soportar el elevado número de transacciones que deberían realmente concretarse en efectivo”, continúa el ejecutivo.
Pero no es sólo la compra diaria la que está pasando por un punto de venta. La subida astronómica del dólar paralelo ha traído compras de bienes por parte de aquellos que puedan pagarlos. ¿Un televisor? Venga. ¿Línea blanca? Si es posible, sí. El ahorro quedó en el pasado, la compra es una manera de proteger el salario y, especialmente, los aguinaldos.
Sí, hubo una falla en la plataforma de Credicard producto de la saturación de los sistemas. Además duró más de lo previsto en el diagnóstico inicial de los técnicos. De acuerdo a un asesor financiero que prefirió ser mantenido en el anonimato, “es el juego del gobierno. Anunciar billetes de más alta denominación siempre es una medida impopular, pues es admitir inflación. Pero la inacción llegó al punto de afectar el sistema bancario”. Apenas seis horas después, el jefe del Estado finalmente se refirió al secreto peor guardado del país: vienen billetes de 500 y 5.000 bolívares. No obstante, Maduro aseguró que había sido un ataque “deliberado” y mandó apresar “a los responsables de la operación de Credicard”.
Credicard, además, depende de la plataforma Cantv para la transmisión de datos. El presidente de la telefónica estatal explicaba este sábado que los ingenieros pudieron trazar un ataque de negación de servicios (DDoS) contra los servidores de la empresa “que terminaban en una dirección electrónica de Pdvsa”. Manuel Fernández calificó el acto como un “sabotaje”.  No hubo mayor explicación, ni siquiera una de por qué el backbone de Cantv es incapaz de soportar ataques de negación de servicios, siendoVenezuela uno de los países que más genera ciberataques en el mundo, de acuerdo a la firma de seguridad informática Akamai.
Lo que pasó este viernes en Venezuela fue, finalmente, la ruptura de una delgada cuerdaque comenzó con la escasez de efectivo, que combinada con la alta disponibilidad de dinero por parte de la población y el bajo poder adquisitivo de sus billetes, obligó a la mayoría a pasar sus tarjetas y creó un embudo de transacciones que colapsó los sistemas. Si a eso le suman un ataque a Cantv, Venezuela quedó sin transacciones financieras.
A las 4:40 p.m. del viernes, en la tienda oficial de los Leones del Caracas, dos clientes esperaban a ver si su transacción pasaba. Uno llevaba una camisa de los melenudos para su hijo, que cumplía 8 años. El otro compraba entradas para un partido contra Caribes.
- ¿Cuántas tarjetas han pasado?
-¿En la tarde? Ninguna de débito.

domingo, 6 de noviembre de 2016

La última oportunidad

Nov 6, 2016


Escrito por
LUIS B. PETROSINI

         Hay quienes encuentran similitudes entre los acontecimientos ocurridos en 2002 y la situación que vivimos hoy en Venezuela. Realmente existen rasgos comunes en ambos períodos, pero las diferencias son sustanciales. En 2002, terminada ya esa suerte de luna de miel que suelen disfrutar los nuevos mandatarios en los primeros tiempos de su gestión, muchos venezolanos comenzaban a mostrar su hartazgo por la forma como Chávez dirigía los destinos del país y hacían patente su protesta ante la arbitrariedad, la intolerancia, la prepotencia, la arrogancia, el cinismo y la vulgaridad extrema con las que día a día nos asaltaba en sus interminables y ripiosas apariciones públicas. Todo ello culminó con aquella manifestación popular que desbordó las calles de Caracas, en forma pacífica y democrática, pero que terminó de manera dramática, triste y lamentable con hechos que todavía no han sido suficientemente aclarados -y quienes han tratado de hacerlo no han hecho más que dejar un rosario de dudas en razón de la parcialidad que representan-. También en esa época era evidente el deterioro de la situación económica, y buena parte de la población tenía la percepción de que las condiciones empeorarían de no tomarse los correctivos necesarios. Un hilo de esperanza surgió cuando en una rueda de prensa con representantes de los medios extranjeros el presidente dio muestras de asumir en el futuro una actitud distinta e introducir cambios importantes en la conducción del Estado. El tiempo demostró que todo era un intento de ganar tiempo para continuar en el propósito de implantar en el país un régimen totalitario que se eternizara en el poder. Adicionalmente, un elemento diferenciaba aquél momento político del presente: el chavismo constituía una mayoría clara en el país, como lo demostraban las encuestas de opinión y casi todas las elecciones de la época. Las clases populares no habían perdido la fe y la esperanza en el proyecto del entonces jefe absoluto de la “revolución bonita”.

         Una ilusoria bonanza provocada por el impresionante aumento de los precios petroleros constituyó un soporte más para el gobierno, lo que, aunado al dinamismo y carisma popular del presidente, asomó indicios de una próxima recuperación. Pero la irracionalidad puesta de manifiesto en la instrumentación de la política económica comenzó a desnudar lo absurdo de las políticas públicas en general, y el declive se inició inexorablemente, incluso antes del debilitamiento de los precios del petróleo y del fallecimiento de Hugo Chávez. La historia reciente es bien conocida y es poco novedoso recordar la enorme crisis política, económica, social y cultural en la que se encuentra sumergido nuestro país.

         El presente es muy diferente del período inmediatamente posterior a 2002. Lo más destacable hoy es que la enorme frustración experimentada por este absurdo intento de implantación de un régimen fracasado ha determinado que ya el sector gubernamental tiene un apoyo absolutamente minoritario en la población. A diferencia de aquellos años, hoy la oposición es claramente mayoritaria en la sociedad venezolana y ahora la incapacidad de un presidente y su equipo gubernamental de auténticos ignorantes en sus respectivas materias nos traslada nuevamente a comienzos del siglo, cuando, en circunstancias políticas absolutamente adversas, queríamos cambiar de rumbo a como diera lugar. Ahora las condiciones son totalmente favorables, tanto en la percepción que el mundo internacional tiene de lo que nos ocurre, como en la que tienen los sectores populares en casi todo el territorio nacional.

         Tanto la presión internacional como la interna, al igual que las dudas y divisiones en el sector gubernamental, así como la fortaleza unitaria puesta de manifiesto por la oposición -con todo y las diferencias que existen en su seno- han impuesto la necesidad de iniciar conversaciones para buscar una solución a lo que luce para muchos un callejón sin salida. Eso es lo racional, lo sensato, pues de lo contrario podríamos terminar en una confrontación dolorosa en la que no podría haber vencedores, pues la única derrotada sería la sociedad venezolana en su conjunto. En este proceso de diálogo tiene que haber concesiones en ambos bandos con el objetivo fundamental de crear las garantías para que se instaure en el futuro el respeto a un contrato social de convivencia para todos los venezolanos con las más distintas posiciones políticas, algo que el gobierno ha quebrantado reiteradamente. Soy del convencimiento de que hay que darle una oportunidad a eso que algunos, en ambos bandos, se han empeñado en satanizar, un diálogo constructivo que nos permita salir del enorme atolladero en el que nos encontramos. Hoy, este mecanismo tiene dos nuevos componentes: la presencia de un árbitro confiable, el representante del Sumo Pontífice, pues el Papa ha manifestado su convicción de la necesidad de este proceso para poner fin a la calamidad que azota nuestro pueblo; y la brevedad del lapso esperado para alcanzar logros significativos. Si dejamos de ir a Miraflores ayer jueves, nada impide que, ante una treta gubernamental más,  vayamos el 12 o cualquiera de los días siguientes y que al mismo tiempo abordemos el juicio político a Maduro. De manera que, insisto, démosle una oportunidad al diálogo. De fracasar en el intento, muy oscuro será nuestro futuro.

Luis B. Petrosini  –  @LBPetrosini

domingo, 12 de junio de 2016

Miembros de la FAN, este artículo les devolverá el honor

En Venezuela las vías democráticas transitadas para rescatar la institucionalidad del país han sido y serán bloqueadas por siete delincuentes de la Sala Constitucional del TSJ, cuatro marionetas del CNE y militares traidores miembros de la cúpula Militar; Nicolás Maduro y los órganos de poder del Estado se colocaron al margen de la ley lo que deja al pueblo venezolano huérfano de protección y lo
condena a la muerte.

Miembros de la FAN, al país que juraron defender lo convirtieron en un infierno  quienes desde hace diecisiete años ejercen el poder para beneficio
personal y familiar, el pueblo venezolano del que ustedes y su familia forman parte están haciendo lo que nunca antes ocurrió en el país, escarban entre la basura para encontrar comida y poder alimentarse mientras en las mesas de los miembros de la dictadura los platos se sirven llenos de exquisiteces.

La generación del hombre nuevo en la que están incluidos sus hijos será una generación raquítica e ignorante, raquítica porque la dieta alimentaria del   venezolano es deficiente, ignorante porque a los hijos del venezolano de a pie  le niegan el derecho a la educación para minar de trucos las vías que puedan conducir a terminar con la dictadura que tiene sumergida a Venezuela en la tragedia más grande de su vida republicana.

Maduro y su régimen ven a los venezolanos como esclavos a quienes amenaza si cometen el “delito” de levantar la voz para reclamar legítimos derechos o se atreven a ventilar públicamente las deficiencias que existe en  las dependencias especialmente en los hospitales del país donde están muriendo niños y ancianos por falta de luz, por falta de medicinas, por falta de higiene e inoperatividad de los quirófanos.

Miembros de la FAN, el régimen  que ha convertido a Venezuela en un país sin futuro para sus hijos, los usa para reprimir de manera salvaje a un pueblo que está reclamando su derecho a tener comida, los hace ver como su brazo armado y los convierte en cómplice de sus delitos, quienes hoy los usan para reprimir a los venezolanos y mantenerse  en el poder tienen un plan B en el que ustedes no están incluidos, cuando la sociedad civil tome las calles, formen del lado correcto y asuman el compromiso que requiere el momento  histórico que enfrentara la Republica.

Los artículos 328 y 333 de la Constitución Nacional son muy claros en su texto, el articulo 350, “El pueblo venezolano fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contrarié los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”. Miembros de la FAN ustedes son el pueblo venezolano en uniforme, la invocación y ejecución del articulo 350 devolverá a la institución armada el respeto y  el honor que por cargos, ascensos, dinero y poder los generales de una Cúpula Militar servil  olvidaron el juramento que hicieron de defender a Venezuela
y a sus instituciones, y se arrodillaron a un extranjero que cumple ordenes de la Habana que van en flagrante violación a la Soberanía Nacional, la paz y la tranquilidad de los venezolanos.

Cnel (GN) Antonio Semprún


domingo, 29 de mayo de 2016

 compañeros de armas

 
Una vez más, Nicolás Maduro y el Alto Mando Militar han contribuido a poner en tela de juicio la credibilidad de los venezolanos en la institución armada. Los recientes ejercicios militares, “Independencia II 2016”, han generado en la opinión pública toda clase de comentarios negativos y hasta de burla por la manera como fueron ordenados y posteriormente ejecutados, demostrando, además, falta de seriedad y sobre todo de credibilidad en las motivaciones que, según Nicolás Maduro, estaban destinadas a la comprobación del apresto operacional para enfrentar una supuesta amenaza internacional o una ruptura del orden interna por acciones de la oposición política, sin haber presentado una sola evidencia aceptable de la existencia de alguna de esas amenazas. Lo que sí han percibido los venezolanos es que se trató de un intento de amedrentamiento en contra de las libertades ciudadanas ante la valiente presión popular que han empezado a ejercer amplios sectores de la vida nacional, para contrarrestar las maniobras que realiza el régimen a objeto de impedir la celebración del referendo revocatorio durante este año. Tengo la convicción de que ustedes conocen esta realidad.
Dichos ejercicios, según parece, se realizaron en 7 estados de la zona norte costera y se orientaron a la posible defensa de un hipotético desembarco de tropas enemigas y ataques a instalaciones eléctricas. El ministerio de la Defensa informó de la movilización de 520.000 combatientes entre efectivos militares y milicias supuestamente entrenadas. Este número equivale a 2 veces las tropas que intervinieron en el desembarco de Normandía en 1944 para invadir Europa y acabar con el Tercer Reich. Si esto fue así, causa sorpresa su desconocimiento por la mayoría de los venezolanos y la muy escasa reseña en los medios de comunicación que ha debido causar una movilización de personal y equipos de esa magnitud. De igual manera, no se tuvo conocimiento de operaciones logísticas de la envergadura necesaria para apoyar una movilización de esa magnitud. Tampoco se sabe de ejercicios previos realizados por unidades de menor nivel, para luego integrarlas en la ejecución de la maniobra “Independencia II 2016”. Estos hechos nos conducen a concluir que lo que realmente se pretendió fue causar una presión  psicológica para tratar de  inhibir la protesta ante la amenaza de una brutal represión armada.
El general Vladimir Padrino López expresó en unas declaraciones que “el pueblo también está participando en lo que hemos llamado los órganos de dirección de nuestra defensa integral”. Esta afirmación, aunada a otra del Tcnel. Reyes Reyes, connotado dirigente del PSUV, sobre una supuesta convocatoria de unos 80.000 miembros de las unidades de batalla Hugo Chávez y personal civil de los Claps y de las comunas, todas estructuras politizadas por el chavismo, para formar parte de la Milicia Bolivariana causa una gran preocupación. También ocurre con la utilización del término “contrarrevolución”, utilizado por algunos jefes militares participantes en el ejercicio, que nos permite concluir, una vez más, que la realización del ejercicio estaba destinada a utilizar a la Fuerza Armada como brazo político armado del régimen, para disuadir a la oposición política por considerarla una amenaza a la estabilidad del gobierno de Nicolás Maduro. En tal sentido, convendría recordarle al ministro de la Defensa y a los miembros del Alto Mando Militar el contenido del artículo 328 constitucional que afirma: “La Fuerza Armada Nacional está exclusivamente al servicio de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política”. Siempre se ha pretendido justificar estos hechos en el deber que tienen todos los ciudadanos de contribuir a la defensa nacional. Eso es verdad, pero la Constitución Nacional establece taxativamente que cada uno lo hará en el área de su especialidad u oficio y no como integrante de una de esas organizaciones armadas de carácter político partidista.
Esa simbiosis de grupos civiles disfrazados de militares dentro de la organización castrense debe terminar. De lo contrario, su presencia pone en serio riesgo la unidad interna de la institución militar, empeora su ya maltrecha credibilidad y la descalifica como un factor catalizador negativo ante un proceso de violencia generalizada. Por ello, también debe finalizar la falsa prédica de que la Fuerza Armada es chavista, revolucionaria y socialista, más aún cuando existe un creciente descontento en la mayoría de los cuadros militares por la difícil situación económica que los agobia. Reflexionar sobre estos delicados asuntos es una obligación patriótica. Estoy plenamente seguro que de esa reflexión surgirán recomendaciones que permitirán encontrarle alternativas políticas a la crisis nacional. Una de esas soluciones podría ser el referendo revocatorio. Ustedes conocen la verdad de lo que ocurre en Venezuela: el malestar y la desesperación de nuestro pueblo en las largas colas que deben hacer para conseguir los productos de primera necesidad o cualquier medicina es más que evidente. En vez de apoyar una posición absolutamente inconveniente para la estabilidad del país contribuyan a desactivar el peligro de un estallido social, del que todos, incluidos nuestros seres queridos, podrían ser las primeras víctimas.

martes, 12 de abril de 2016

Lean esto que escribió nuestro amigo : brillante pero abrumadoramente real: EL VALS DE LA VENEZUELA NUEVA

La película El Vals de la Habana Vieja, narra los desvelos y frustraciones de una madre cubana con pocos ingresos, que se empeña en celebrar los quince años de la hija.Poco a poco con distintas colaboraciones va armando la fiesta, desde el vestido hasta el pastel, incluso con ingredientes anteriores a la revolución.

Hoy, en la Venezuela Nueva, no pudimos tomar café con leche en la mañana, porque no hay leche. Así que fui a una panadería con una pequeña jarra y compré varios cafés, pero estaban muy oscuros, así que le pedí a una vecina que me regalara un poco de leche líquida para aclararlo. De lo más solidaria, mi vecina me dio el poco de leche y en retribución le regalé un rollo de papel higiénico, porque ella no tenía.

Este papel higiénico me lo consiguió una amiga que vive en otro estado, pero que forma parte de un grupo de amigos  en whatsapp donde nos intercambiamos información sobre los sitios donde hay productos y la logística para adquirirlos

Días atrás, otras vecinas nos regalaron dos bidones de agua, porque desde hace casi dos años el agua no llega por las tuberías y la compra de camiones cisternas es cada vez más complicada por la gran demanda.

De las medicinas ni hablar, hay que hacer una gira por varias farmacias para ver que se encuentra. Con una lista de 16 medicinas hice mi tour por varias farmacias y sólo conseguí uno.Sin embargo, la historia que más me ha impresionado es la de un médico amigo, especialista y socio de una reconocida clínica que ha tenido que tomar un medicamento vencido para la arritmia cardíaca porque no lo consigue en el país.

El gobierno en su infinita maldad sigue sin aceptar la ayuda humanitaria internacional para no reconocer la grave crisis  que hay en el país. Por si fuera poco, a los que viajan, al regresar al país les hacen una revisión exhaustiva y hasta  les han llegado a decomisar las medicinas y alimentos que traen al país  

Es una situación asfixiante y desesperante. Un amigo dice que
hay muchas personas en situación peor y sin posibilidad de conseguir productos, Eso no me sirve de consuelo. No puede haber una gradación de la miseria, donde hay unos que son menos miserables que otros.

Mientras tanto, mi mayor lucha es contra la depresión. Es muy difícil estar viviendo de esta precaria manera y no estar agobiado. No obstante, ¿adivinen? Tampoco hay antidepresivos. Mantenerse cuerdo en este país es una labor heroica y necesito mi salud mental para poder rehacer mi vida en otro país, en algún momento de mi historia, porque Venezuela está perdida y su recuperación será lenta, larga y dolorosa y tal vez yo no la llegue a ver. .

Y esto le contesto otra buena amiga
Luis ya leí tu escrito 😢. Me duele por partida doble. Recuerdo la película,  y para cuando esa película se desarrollaba ya esa madre llevba 32 años de  miseria, es decir esperando que algo mejorara, recuerdo como la gente reía en el cine, sin duda creerían que las situaciones eran comedia y no una realidad. También me hiciste recordar un día donde no había nada que comer en casa de mi abuela, y mi mama salio con una lata de leche condensada y una caja de cigarros que habían guardado de la cuota de la libreta para cambiarlos por algo, de esa forma consiguió 5 huevos y con eso comimos.  Estamos en una situación dantesca, siento que la gente guarda la ilusión que en unos meses todo pueda mejorar, no lo creo, también pienso que demorará mucho para que todo mejore.  Te entiendo y me siento igualmente abatida, y hasta culpable, culpable de aún estar aquí expuestos a esta calamidad por no haber sido valiente y poner tierra de por medio, pero resulta que ahora se como duele dejarlo todo y no quiciera pasar por eso otra vez,  pero es un sin sentido, esto no es vivir. Y me preocupa mucho pero mucho el individualismo con que vive la mayoría,  si yo resuelvo los demás no importan, eso es fatal. Aquí tienes tu casa, para lo que necesites y mis oídos para escucharte cuando lo necesites.  Te quiero mucho Luis.❣